Vicenta Cortés; un camino abierto entre papeles.
En el segundo módulo de este curso se nos ha guiado por la lucha de la igualdad durante las diversas olas hasta llegar a la cuarta en la que nos encontramos lidiando y luchando contracorriente. Quizás el reto que se nos plantea de hacer visible a aquellas que sin voz se hicieron notar a mi no me coja por sorpresa puesto que desde la Subdirección General de Archivos Estatales se está llevando a cabo un precioso proyecto llamado “Mujeres Investigadoras” en el que se saca a la luz las historias de aquellas que ya hacían la historia, aunque no se las destacara.
Este propósito de visibilizar y
resaltar la figura de tantas mujeres se está dejando huella en un sitio global:
Wikipedia. Con la organización de los eventos llamados editatonas se está consiguiendo
crear entradas de mujeres que con su trabajo contribuyeron a mi profesión, la
de ser archivera.
Por este motivo, voy a elegir
para destacar a una archivera de renombre que ha roto barreras en momentos de
grandes obstáculos, como hemos visto que fue el periodo franquista. No puedo
hablar si no de Vicenta Cortés; una de las grandes referentes para las que
seguimos avanzado en el mundo de los papeles.
Aprobó las oposiciones e ingresó
en 1954 en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos teniendo
como primer destino el Archivo General de Indias y en el que permaneció tres años.
Tuvo diversos puestos de responsabilidad como la dirección del Archivo de la
Delegación de Hacienda, plaza que ocupó desde 1962 o como directora del
Gabinete de Documentación, Biblioteca y Archivo del
Ministerio de Educación y Ciencia (1968-1972). Ya casi en
la transición ocupó el puesto de Inspectora General de Archivos (1973-1984) lo
que le permitió marcar las directrices de las políticas archivísticas de
nuestro país. Terminó su carrera más tranquila llegando en 1990 en el Archivo
Histórico Nacional4 en donde trabaja desde 1984 en la Sección de Consejos Suprimidos publicando una guía de esta.
Añadido a su perfil de archivera,
desarrolló una faceta docente como profesora de Historia de América en las
Universidades de Madrid y Sevilla, de Paleografía de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad Nacional de Bogotá, de Historia en la Facultad de
Humanidades de las Universidad de Los Andes en Bogotá y de etnohistoria en la
Universidad Complutense.
Tras haber expuesto su dilatada y
reconocida carrera profesional, quisiera exponer que a mi juicio esta mujer
contribuyó a crear una sociedad más igualitaria. Lo hizo, pues en ese impasse surgido
tras la Guerra Civil donde las mujeres perdieron todos los derechos ganados con
esfuerzo como el sufragio femenino, mujeres como Ella lucharon por continuar haciéndose
ver en un mundo de hombres que la habían relegado al ámbito doméstico.
Vicenta, no solo consiguió
finalizar unos estudios de manera brillante y un doctorado apenas una década
después de la guerra, sino que obtuvo puestos de responsabilidad con relevantes
direcciones marcando muchos hitos archivísticos. Además, sus publicaciones
gozaron desde el principio con prestigio y ocupó cargos
como el de presidenta de la Federación española de asociaciones de archiveros, bibliotecarios, arqueólogos, museólogos y documentalistas (ANABAD)
desde 1986 que le daba poder decisorio en este ámbito. Hizo por tener voz y se
convirtió en uno de los personajes más reseñables de mi mundo, el de los
archivos. Para mi es un referente ya que fue pionera en dirigir y en pensar
como una más en igualdad.
Para poder crear esta entrada me
he servido de su registro de autoridad disponible en PARES y del artículo del Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte: «Vicenta Cortés Alonso».
Cierro esta reflexión de como una
mujer pionera en mi vocación me hace querer seguir luchando por tener voz y
responsabilidad en mi trabajo, en la sociedad y en mundo. Su influencia
positiva inspira a la lucha.

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